miércoles, 20 de marzo de 2013

Lo ultimo del Norte de Argentina.

Varias cosas curiosas pasaron en los últimos días de nuestra estadía en Argentina, entre ellas: Llegar a Tilcara, Jujuy y pagar cuarenta miseros pesos argentinos por una habitación cuyo precio habitual es $560. Una total cagada de risa.  Para esas fechas, estuvimos viajando con un grupo de amigos porteños muy buena vibra. Compartimos risas, Fernet, Mate, empanadas, caminatas por la montañas y una que otra locura universal.

Como era de esperarse, la dueña del hotel no quiso extendernos la estadía y por eso buscamos un pequeño y lindo hostel mas cerca del pueblo y de su principal calle turística, la famosa Belgrano. Justo ese día nos fuimos directo para la garganta del diablo. Mientras caminaba con mi buen amigo Francois Bourdil, adelante de todos, pensaba lo interesante que son las deformaciones topográficas y lo importante que es valorar esa riqueza natural que se te dibuja a los ojos en cualquier dirección. Simplemente, no hay sentimiento o sensación mas sublime y absoluta que encontrarse con esas montañas rocosas tan impactantes. Oh dios! gracias, pensaba mientras me subía, a lo loco, con el francés en uno de los puntos mas altos.

Y lo bueno de esta experiencia era que estaba muy lejos de terminar ya que al día siguiente, después de una buena borrachera con vino en la noche, nos dirigimos a Pumamarca. Un pueblito que suma diez cuadras a lo sumo y que se encuentra encerrado por el famoso Cerro de los Siete Colores. Se puede caminar fácilmente, sin guía y sin nada, solamente necesitas tu cámara si o si. Ya para ese momento, mis ojos dejaron de ser verdes y terminaron siendo un arco iris de fantasías. Tanto es así, que la quemada de piel del día antes y la resaca que me manejaba desaparecieron y la recolecta de piedras para personas importantes se hacia presente. El día fue tan perfecto que pudimos hasta hacer dedo y conocer a un buen amigo de la zona, muy sencillo y con corazón grande que viajaba con su hermana y su pequeñito sobrinito. Un simple acto que encamino mi idea de encontrar todo el humanismo posible en este viaje.

Al día siguiente, nos dirigimos hacia La Quiaca para pasar la extraña frontera con Bolivia y como es costumbre, muchas cosas buenas y malas nos dijeron en el camino. Por dicha, los colores verde amarillo y rojo son mas fuertes de lo que se creen que son.



viernes, 8 de marzo de 2013

El Norte de Argentina II

Para el segundo dia de esta larga travesia decidimos intentar hacer dedo pero como era domingo no conseguimos ni detener un taxi. Priscila y el frances, mas que enganchados, me hicieron segunda en ir a la ruta luego de caminar diez cuadras en una cuesta elevadisima. Al llegar, el frio se apodero de nosotros y termino juzgandonos en medio de la montaña, lo que nos hizo volver a lo rapido que seria ir a pagarle nuevamente a las empresas monopoliticas una pequeña contribucion monetaria. Lo mejor del dia fue tomar esa ruta que nos llevaria hasta Cafayatye,  una cosa increible, montañas sobre montañas, energia sobre energia, quebradas sobre quebradas, cactus y mas cactus. Pasar casi ocho meses sin ver montañas y dedicarse un dia por completo a admirarlas, es algo muy productivo.

Cuando llegamos a nuestro destino, nos alojamos donde el famoso Gitano, personaje peculiar, un tanto raro y muy atarantado. Queria incluirnos de una manera tan dominante en su juego hostel. Si el famoso juego hostel que se juega de la siguiente manera: Paras en un lugar siempre presidido por algun pelotudo que te quiere no por lo que sos, sino por lo que traes, en este caso: Priscila!. Bueno asi fue, nos quedamos con los porteños Pol y Pajaro en una super VIP pagando cuarenta pesos la noche y adivina que? le faltaban dos ventanas, era como un quincho en la terraza donde en algun momento fue un bar y para nuestra desgracia llegaban gatos a mear la ropa de los huespedes. JAJAJA.. una total cagada de risa.

Al dia siguiente, le pagamos al Gitano dos excursiones, una fue la quebrada de Cafayate y la otra una caminata por la montaña que duro seis horas guiada por un señor oriundo de la zona. Las dos cosas muy buenas, una mas que la otra pero valio mucho la pena. Para este punto, la morajela estaba dada: Nunca viajar sin seguro porque con tantas risas podes terminar en el hospital.

jueves, 7 de marzo de 2013

El norte de Argentina

La verdad es la siguiente: Yo no quise desechar una oportunidad laboral ni mucho menos desperdiciar mi vida pensando que no hay mejores cosas que estudiar, sin embargo, haber tomado la decision de salir de un trabajo para conocer, meditar y buscar nuevos rumbos, no creo que sea una mala decision. Siento que aveces el ser humano necesita volver a lo mas basico, a la sencillez, a la locura, a la inercia momentanea o a la gravedad cero. En fin, llegamos a Tucuman con cosas en la cabeza entre ellas monetarias. Es una pena tener que pensar que el sistema de la terminal de Omnibus, es mucho mas fuerte economicamente que uno mismo pero bueno, es algo por el cual se tiene que salir rapido y por eso mismo compramos el primer tiquete a Tafi del Valle.

Dios mio! fue lo primero que pense cuando vi esas primeras montañas imponentes enfrente de mis sucios anteojos. Priscila, mujer hermosa y divertida, venia de esa experiencia durante mucho tiempo por lo que no se asombraba, y yo que era un novato sencillamente no lo podia creer! Y eso que los dos somos del mismo pais jaja.. Llegamos a Tafi luego de varias horas andando y durmiendo. Cuando despertamos, el primer rayo de luz nos daba la bienvenida a un mundo lleno de montañas, bosques y mucha energia natural. Justo lo que Richard necesitaba y no habia tenido la posibilidad de vivir desde hace mucho tiempo.

Luego de ese primer contacto, no queriendo ser sobreevaluativo todo fue un cien. Llegamos donde un señor Juan que nos ficho fuertemente debido a nuestra cara absurda y rica de ser extranjeros. Pagamos esa noche 65 pesos cosa que lo pensamos como bastante pretencioso por ser un viaje pensado por el norte de Argentina, pero bueno tener la naturaleza pura al frente de nosotros no merecia de valuacion monetaria de ningun tipo. Ese dia caminamos hasta el cerro La Cruz que hizo lo mejor por nosotros, ubicarnos en medio de una gran vista de lagos y las montañas. Mas tarde comimos con el Trotamundos, un pibe rasta que nos explico todo el tema del productico y de su situacion nomada por Brasil. Al final se porto increible con nosotros, dandonos consejos de viajero y preparandonos una rica pizza, cosa tipica de un rastita que quiere la vida como a nadie. Primer dia completado estando debajo de un puente probando la cerveza Norte,  Gracias a dios por la naturaleza!