jueves, 18 de abril de 2013

Peru I

Cruzar la frontera de Bolivia a Perú es la cosa mas sencilla y directa que hay. No hubo que hacer largas colas y solo hubo que aguantarse a la cantidad de israelitas que iban con nosotros en el colectivo. Personas que no saludan, de bajos modales y muy autoritarios. En una de esas, se quejaron de tanto calor dentro del colectivo que demandaban a gritos por aire acondicionado. Decía  "Amigo, aire acondicionado, amigo!, ¿estas loco amigo?". En fin, luego de pasar por la frontera nos dirigimos hacia Puno, un lugar bastante parecido a Bolivia que guarda cierta excentricidad por los taxis bicicleta que podes ver cada dos cuadras. Hay muchísima competencia dentro de ese mercado y muchas veces suelen ser bastante rapiditos en cobrar. Digo esto porque los Peruanos son destacados en inflarte los precios sin darte cuenta, te ven a la cara, hacen una lectura y pum, te disparan un precio que difícilmente vas a poder regatear. Llegamos bien en la tarde, cuando el transito estaba en lo peor y es curioso porque las calles son tan angostas que desde 50 metros antes el conductor ya te esta pitando para que te subas a la vereda. Nos quedamos en un hostel baratico donde la dueña hizo lo que quiso con nosotros, una vez mas un hostel sin onda. Era como estar en la Calle de la Amargura en San Pedro, una cagada de risa, teníamos un bar justo a la par y otro de trasvestis enfrente protegido por un señor que parecía un detective muy raro. 

Una de las excursiones que pagamos fue la de las islas flotantes de los Uros, que señor lugar! Son realmente islas flotantes en medio del lago Tititaca construidas a base de totora. Hacen lo siguiente, agarran la totora y la mezclan con tierra, la comprimen y esa es la primera base, luego ponen mas y mas totora y con eso construyen el piso. Si hacen fuego ponen piedras abajo para que no se queme la totora. Había un pescado hecho en totora muy lindo donde conocimos a una chiquita símbolo de inspiración. Ella con su gran creatividad vendía pequeños dibujos enseñando un poco lo que es la cultura y la imagen de las islas. La verdad tuvimos un contacto muy lindo con la gente del lugar, nos invitaban a sus casas que estaban hechas a base de totora y era gente muy humilde y sencilla. Experiencia muy enriquecedora. 

Cuando venia de vuelta en la lancha, iba filosofando sobre lo que necesita una persona para ser material preservado y autónomo; viendo ese paisaje tan hermoso, llegue a la conclusión de que la hipocresía, la mentira y traición son los peores recursos a los que el ser humano puede apelar. Dejándome de resentimientos o lo que sea, creo que nunca podría volver a relacionarme estrechamente con personas que en algún momento me hirieron así pero si les puedo ofrecer una mano de esperanza. Al final, los buenos son los que mas les cuesta y eso es algo sistemático. Digo esto, porque no dejo de pensar en aquella rubiecita de Rosario que es todo lo contrario. Una chica inteligente, creativa y muy bondadosa. Que mirada mas linda tiene, que lindos ojos, dios mio... ese paisaje se lo dedico a ella y ese dibujo es una pequeña ofrenda de amistad ante todo.  

Mas tarde, tomamos un colectivo hacia Arequipa. Uno de los caminos mas peligrosos y difíciles, pero también uno de los mas divertidos porque estábamos sentados en los primeros asientos entonces no había forma de perderse lo que estaba pasando. Adelantamientos en falso, curvas mega cerradas, precipicios de cuarenta metros, neblina al palo y frió hasta la muerta jaja.. era pura aventura!. 

Arequipa al principio no era lo que uno esperaba pero luego fue recomponiendo. Esa Plaza de Armas te deja perplejo!. Una arquitectura preciosa, con calle de adoquines y gente muy linda. Llegamos al hostel Bothy, un lugar muy acogedor, grande por naturaleza, y con una terraza alucinante que te enseñaba con el dedo al Volcán Misti, uno de los mas elevados que he visto en mi puta vida, tiene 5800 metros y tiene un cono casi que perfecto. Para nuestra suerte, estaba despejado y lleno de nieve en la cima. Hasta ese momento, ninguna descripción es funcional. Por cierto, esa imagen tan linda se la dedico a mi querida madre que tanto me ha dado.  

Algo interesante que hicimos en nuestra estadía fue ir a Mollendo, fue mi reencuentro con el Océano Pacifico!. Querido Poseidon! , nunca te había visto tan lindo como verte después de un año! Hacia un frió tremendo pero ese olor a sal, a playa y a arena no tiene ningún puta precio. De hecho, ahí mismo comimos nuestro primer ceviche. No es cualquier ceviche aunque sigue siendo mas rico el de mi madre jaja. Lo sirven con cebolla morada y camote. No esta nada mal! 

Al día siguiente, los chicos hicieron una excursión y yo me dedique a caminar por la ciudad toda la tarde. Hice un par de visitas, una a la catedral y otra a un monasterio. Experiencias medianamente interesantes que me educaron en la forma de como la Iglesia durante la época colonial, se convirtió en una institución presumida y engañada por los metales preciosos. Al entrar a la Catedral de Arequipa, la guía iba explicando y detallando los diamantes, joyas y tesoros que tenia la Iglesia en ese entonces, así como la vestimenta y otras cosas de plata. Fue un tiempo cualquiera. El monasterio estuvo mas entretenido, una momia embalsamada y otras cosas que me hicieron creer en mi sueño de llegar hasta Egipto pasando por todo África, estilo safari humanista. 

Bueno en el siguiente episodio mas historias de Perú... se viene Cuzco, Machu Pichu y la vuelta... 


 

martes, 16 de abril de 2013

Bolivia II

Llegar a La Paz te causa una sensación muy diferente a cualquier ciudad, es como un cráter volcánico de infraestructura y singulares edificios. Antes de llegar al centro de la ciudad, se pasa por El Alto, el cual te permite flashear con cualquiera película filmada en la India pero sin elefantes; mucha gente, mucho transito, mucho ruido, mucho desorden y mucho movimiento. Al bajar la montaña se puede observar ampliamente la ciudad, ubicando los principales puntos y haciendo énfasis en las montañas que rodean la capital boliviana.  Sin duda alguna, es un lugar muy interesante a pesar de que al principio te impacta por su composición demográfica y la manera en como esta planificada. Me recordó mucho la manera en como San Jose se transforma durante las horas pico y también me hizo pensar en lo deficiente y terrible que ha sido organizar o planificar mi ciudad natal. Realmente es una desgracia lo que han hecho los gobiernos para construir una ciudad sana y estructurada. No digo esto en el sentido de critica destructiva, lo digo porque es importante para cualquier país tener una capital que te haga sentir cómodo, protegido y realizado. 

Nos quedamos en un hostel muy careta que ni desayuno nos pudieron ofrecer. Los tres franceses y los dos ticos estuvimos en diferentes habitaciones, cosa que permitió el desenvolvimiento con otras personas y así poder conocer mas personajes. Ese día decidí emprender un viaje solo ya que estaba un poco confundido por algunas decisiones que se habían tomado en grupo y no quería absorber tanto, por eso camine por la ciudad en búsqueda de algunas artesanías y aprovechando para tomar algunas fotos. Mas tarde, conocí a un amigo de Australia que es de productor de cine. Muy buena onda el pibe, fuimos al cine, comimos algo y charlamos de asuntos meramente turísticos. Para la noche, me dirigí al estadio Hernandez Siles ya que jugaba El Strongest frente al Atlético de Mineiro, cosa que no podía desperdiciar ya que el astro brasileño, Ronaldinho estaba presente. Al llegar a la cancha, me encontré justamente con la hinchada brasileña, chicos muy buena onda que me regalaron cachaza, energía futbolera y una que otra canción barrista. Uno de ellos, llamado Rodrigo, me pago la entrada y me acogió como su hermano. Mas tarde después del partido, la fiesta continuo con las chicas de Córdoba en el Wild Rover que me recordó los descontroles vividos en algún momento en el Che Pampas. Las pibas, muy buena onda, me habían convidado antes a unos mates y habíamos charlado de Perú; les saque una que otra risilla y creo que fue por eso que pegamos onda. Buena vibra che! 

Para el día siguiente, tomamos un colectivo pequeño, lleno de cholitas y de gente sencilla de Bolivia que se dirigían igual que nosotros jeje, a Copacabana. En el camino, pasaron cosas pero nada del otro mundo, simplemente eran otros matices del viaje. Conocimos a dos típicos porteños que junto con otro holandés compartimos hostel en Copacabana. El viaje hasta Copacabana es algo impresionante, a tu derecha tenes la Cordillera de los Andes empapada de nieve en las alturas y a tu izquierda el magnifico e inigualable Lago Tititaca. Que sea el lago navegable mas grande del mundo y el mas alto, no es por cualquier cosa, es una obra divina de la puta madre que encierra la vista en una fantasía azul y verde. Es como un mar o un océano caribeño, lleno de montañas y de agua clara que te permite respirar a profundidad pasión y emoción por la vida.  En ese momento, dedicaba ese paisaje a la filosofía de estar feliz y a buscarle respuestas a la tristeza por la cual todos pasamos en algún momento. De pronto, mire a la cholita que tenia a la par y con su olor pensé que para estar triste hay que hacer muchas cosas, talvez miles. Pero creo que la mas importante o por lo menos a la que concluí, es a la idea de "no valorar". Luego dedique mi tiempo a definir "no valorar", y nuevamente encontré respuesta en la cholita que me indicaba que es el arte de no tener paz social con uno mismo, es querer buscar siempre intensidad en las mínimas cosas. 

Copacabana es un lugar muy turístico que en vez de subir precios, mas bien los bajan mas. Sin duda alguna, es una parada obligatoria en un viaje por el centro de Suramerica. Nos quedamos unas cuantas noches, disfrutando muchas veces de la lluvia y el frió pero también de la deliciosa trucha. Creo que en esos tres días  comí unos seis platos de trucha y fue lo que me ayudo a retomar mi sistema digestivo que para ese momento estaba muy abatido. 

Debo aceptar algunas cosas y sincerarme con otras, para viajar se necesita gente que realmente lo conozca,  lo aprecie, lo entienda y lo valore; en vez de andar con gente que lo pase regañando, acomplejando y mal educando. Y digo esto porque mucha veces calle! no dije nada y me mantuve al margen de cosas que no vi con mucho agrado pero por respeto al lugar donde estaba, preferí no complicar mi viaje. Dentro de todas mis filosofías  pienso que uno trabaja para uno, uno lucha para uno, uno viaja para uno; por eso mismo, no me abrí a la desesperación del momento y simplemente continué. 

Terminamos nuestra expedición de Bolivia en un lugar indescriptible, excelso, soberbio y celestial. La Isla del Sol es un lugar que esta en pleno Lago Tititaca, el cual tiene 14 kilómetros cuadrados y esta protegido por la cultura Aymara. Tiene dos zonas diferentes, una es la parte norte donde se acampar en la playa y la parte sur que es mas hostelero y comercial. Nosotros escogimos sabiamente y llegamos a la parte norte que estaba en plena celebración porque un miembro de la comunidad había sido dado de alta o graduado del servicio militar.  Un gesto que merecía festejo al ritmo de los Sikuris y de la reunión comunitaria. 

Estuvimos tres noches en la isla donde apreciamos desde ruinas incas hasta cielos estrellados. Fue un contacto hermoso que me oculto resentimientos y me hizo añorar por la unión familiar como nube de esperanza. Ojala que mi deseo se cumpla algún día. El ultimo día caminé nuevamente solo, cosa que fue la mejor decisión porque pude comprenderme, conocerme y aceptarme en los caminos de la meditación. Iba pensando en un blog que había escrito una linda compañera sobre como expresar sentimientos, el camino de piedra al tope de las montañas me ayudaba a pensar en las palabras exactas de tal acción y la distancia de 3500 km me hacia recordar que todo es posible. Hasta este punto, Bolivia y su burbuja optimista y poco pretenciosa había terminado. 

miércoles, 3 de abril de 2013

Bolivia y sus historias...

De Bolivia hay tanto que decir que no sé si mis ideas estan lo suficientemente claras. Solo sé que me dejo muchas experiencias increíbles y evidentemente cambio mi filosofía extraña por una mas sana, enriquecedora y profunda. Aceptó que muchas veces, durante mi estadía caí en el compromiso desubicado de comparar y moverme entre escenarios perdidos, pero era por lo impactante que resultaba ser la constancia del lugar. Si me pusieran a escoger una descripción de Bolivia en una sola palabra diría apertura! Apertura cultural, apertura histórica  apertura social, apertura comercial, apertura política, apertura turística, apertura gastronómica y mas que todo, apertura natural a su máxima expresión. Cada paisaje, cada cerro, cada montaña, cada lago y cada cosa, hecha en las manos del mas grande, es totalmente impresionante. 

Tengo que aceptar que al principio me costo aperturarme mentalmente debido a la altura, al vértigo, al frió tenebroso, a las diferentes costumbres y a la manera tan distinta de hacer las cosas. Razón que me hizo caer en contradicciones ligeras que pude superar gracias a la compañía  Sin embargo, llegar a Bolivia y ver solo con los ojos, es un error ingrato, hay que ver con todos los sentidos desde la nariz hasta la boca. 

Nuestra primera parada fue Villazón, un pueblito comercial donde uno puede gastar algunos bolivianos en cosas sumamente baratas. Desde este punto, se puede sentir la diferencia monetaria con respecto a Argentina por lo menos en el tema del transporte publico. Mientras un viaje de ocho horas en Argentina cuesta mínimo 400 pesos, en Bolivia cuesta 25 bolivianos. Y no se pregunten por la conversión porque un peso argentino son 0.85 bolivianos. Ridículamente barato? Si!. 

Para mi mala suerte, el pollo asado y los electrónicos chinos era lo único que vendían en la pequeña ciudad. Cuando caminábamos buscando algo diferente, conocimos a un par de chicas de Noruega que no entendían muy bien el castellano boliviano, y eso que a nosotros también nos costo un poco al principio, por eso les dimos una ayudita entre los dos ticos y el francés   Mas tarde caminamos por la plaza publica para bajar la comida, aunque yo creo que la comida me bajo a mi jeje.  Uno podría pensar que la plaza principal es un lugar inseguro pero no, todo lo contrario, no se ve gente cometiendo faltas y mas bien, la gente disfruta mucho en familia ya sea comiéndose uno helado o algún postre tradicional. Hasta talvez se podría decir que las faltas las cometen los mismos turistas y que lo diga mi buen amigo Francois Bourdil jaja. 

No me malinterpreten con la comida pero pasó que mi sistema digestivo se vio muy vulnerable al llegar a Potosí y eso me afecto los primeros días en Bolivia. Talvez no fue ni siquiera el pollo asado, porque ya venia con cierto malestar, pero la altura y las curvas de la ruta me hicieron sentirme pésimo .Esas curvas que me hicieron recordar al Monte del Aguacate camino al Pacifico Central de Costa Rica. Pero por favor che! esas curvas, no eran curvas, eran una montaña rusa! Y era curioso, porque en algunos momentos uno sentía el vació terrible de estar cayendo en un precipicio y en otros momentos, uno sentía la adrenalina de que el bus estuviera adelantando a camiones en curvas cerradas. No se cual era mas divertida jaja. 

En Potosí  nos hospedamos en el Koala Den Hostel, recomendado por una buena amiga holandesa que conocí en el Che Pampas. Llegamos domingo en la pura mañana, tipo 6 am y de ahí directo a la camita a esperar a que bajara ese dolor estomacal. Mas tarde, reconocimos el lugar con una pareja de Buenos Aires muy buen onda. Fuimos a ver un partido de la primera división boliviana, el Real Potosí!  Fue como ir a ver un partido de mi adorado y querido Deportivo Saprissa! La gente vendiendo cosas afuera, gritando, bacilando y vestidos de Morados! 

Mas tarde, las cosas se complicaron con mi dolor y tuve que abortar misión para el domingo, igual hacia mucho frió como para estar boludeando en las calles de Potosí.  Al día siguiente, pase todo el día enfermo y por eso decidí cuidarme. Los chicos del hostel se portaron excelente conmigo, me atendieron, me trajeron pastillas y me mimaron como si estuviera en casa. Gracias a don Eduardo, el dueño del hostel! Esa noche conocimos a otros dos franceses que vivían en Buenos Aires, muy copados, terminamos cantando la Marsellesa y adorando a Juana de Arco. 

Para el tercer día, fuimos a la Casa de la Moneda, lugar histórico e interesante que relata la historia económica de Potosí y su relación con la minería  Tiene unos pasajes y unas salas increíbles. Había una linea cronológica de las civilizaciones humanas desde la llegada de Adan y Eva que me dejo boquiabierto, me recordó a los viejos carteles que yo pegaba en las paredes de mi casa para aprenderme las cosas de estudios sociales. El día estaba listo con el partido del Barcelona contra el Milán,  visto con dos buenos amigos italianos que sufrieron la derrota y lloraron los goles del plantel arrollador. Para la noche, nos tocaron otras diez horas de viaje hasta La Paz. Seguimos en la locura boliviana y las cholitas bailándole a la vida...