sábado, 13 de agosto de 2016

Activando comunicación con el más allá.

Lo cierto es que no volví a escribir por falta de entusiasmo, por falta de coraje, por pensar que siempre todo esta bien, por hablar de más y actuar menos. Por muchas razones que ni yo entiendo y el psicoanálisis tampoco. Hace año y seis meses masomenos, regresé a la bella Costa Rica donde he estado desarrollando mi carrera como Freelancer en optimización de páginas web, donde recién fundé una agencia distribuidora de películas llamada CosmoNauta con un socio hermano que conocí hace 24 años y así mismo, se agilizaron proyectos musicales interesantes pero pequeños. He estado activo pero haciendo cosas pequeñas, alternativas y aleatorias. Tratando de ser consecuente con el tiempo y el espacio y quizás ya es necesario volcar esas iniciativas en proyectos más ambiciosos de lo cual necesitan mucha dedicación, recursos y apoyo. Las cosas nunca se hacen individualmente porque no salen bien y por eso he tratado de enganchar contactos precisos. Campaña con cierto grado de éxito. He logrado conectar personas pero algunas no han conectado tanto con este loco chispeado. Igual todo bien, siempre la mejor y se siente bien lograr objetivos humanos. ¿Cómo encontré a Costa Rica? Luego de adaptarme año y medio, entendí que hay cosas que no se pueden cambiar en este país pero está en uno hacerlas diferente, uno mismo es la revolución. Son síntomas culturales que hacen retroceder la sociedad. Lo de siempre; personas con cuatro ruedas se sienten más que "los otros" y personas que ubican a estos como supremos detectores, principalmente las mujeres menores de 25 años. Ayer justo, tuve uno de esos "fantásticos" momentos. Sin generalizar. Pues, esa sensación se está saliendo de control con el tema de transportes e infraestructura en el país donde ya es un verdadero problema y al parecer ningún actor llámese Gobierno, ciudadanía y empresas privadas quiere impulsar políticas con colorido diferente. Segundo, encontré una sociedad que convive a través del dinero y su fórmula. En este país se termina con mi experiencia de compartir sanamente, la unión está presidida por el dinero y el materialismo. Inclusive entre amigos. Es raro ver a alguien ofreciendo cosas y lo primero que se me viene a la mente, de mi experiencia en Bolivia, es cuando conocí al Ruso y a Nico. Nico me ofreció una galleta en los primeros tres minutos de nuestro encuentro. Bueno en CR eso no pasa y punto. En este periodo de tiempo, amigos de la vida que en algún momento admiré, me han rechazado cervezas. En ese sentido, lo peor sería deberle dinero a alguien, esa persona te va sabotear siempre. Y peor aún, vivir con gente que piensa asi. Todo lo arreglan con dinero. Como si nunca hayan escuchado el tema de Sonámbulo. No lavan los platos pero compran café. Tercero y paradójicamente, es una sociedad que se maneja a través de las fotos. Todos publican fotos, las chiquitas selfie publican todos los putos días una foto de ellas para impulsar su ego y para cuantificar likes, el maldito Tinder y los memes estupidos. Recuerdo que estoy adaptado, es decir soy parte pero no producto. Cuarto, son bien mal expresivos hasta por mensajes. Vocabulario limitado y falta de confianza en hablar. Nunca de frente las cosas ni para pedir disculpas. Eso jamás. Quinto, vagos, muy vagos los ticos. No les gusta hacer las cosas ni resolver problemas pero por supuesto les gusta cobrar. Sexto, una gran falta de educación. Gente poco cortés, gente muy tosca en la calle, se tocan la bocina, se putean en la calle, no tienen paciencia y se tratan mal sin conocerse. Sétimo y la más importante: Compiten hasta por contactos. Nadie nunca te va pasar contactos para ayudarte. Nadie. Esta semana dichosamente tuve la oportunidad valiosa de participar en un taller de producción y coproducción. Había un amigo Dani de España radicado en Costa Rica. Dijó algo que me cambio el día. En Costa Rica todos compiten entre sí y eso destruye los entornos sociales y creativos. Justo lo que venía pensando durante estos días cuando trate de comentarle un proyecto a supuesto amigo. Me salio con la hidropónica (Metáfora). Octavo, te clasifican fácilmente por LOCO. A ver si no entendemos, un loco hace cosas magníficas por el mundo, construye otras plataformas, ama y deja amar, es consecuente con sus actos y practica la introspección. Yo no he llegado a esos estándares. Además, ¿Vos que en locura estas? Si yo no te juzgo por normal, déjame tranquilo con mis cosas. Perrochispeado lunar asi parece que me dicen. Y bueno, ese fue mi listado de cosas negativas a las que he tenido que adaptarme día a día y que escribirlas es bien terapéutico, muy terapéutico así como suena y no por eso tengo que ir al psicólogo como me mandaron por ahí. No le veo nada malo, es una buena sugerencia pero para personas ignorantes se usa en tono despectivo. Y bueno pasó al listado de cosas positivas: Hay mayor preocupación por una nutrición sana en las personas; desde que regrese he visto como cadenas de comida rápida han tenido que irse del país pero desafortunadamente vuelven. Por lo menos, se les destaca su inestabilidad financiera en la región y eso es porque no se están consumiendo. Segundo, es el terreno fértil para nuevas ideas. De todo tipo. El emprendedurismo ha llegado fuerte y me alegra que amigos que trabajaron en call centers están desarrollando sus proyectos. Desde la impresión gráfica de camisetas hasta panaderias. Tercero, la gente está disfrutando mucho más de los espacios públicos en parques y zonas verdes. No todo tiene que ser trabajar, tráfico vial y números. Cuarto, hay un gradual impulso ciudadano en los deportes. Más bicicletas en las calles, más centros de deporte y más espacio. A pesar de todo, la gente se califica mucho con lo estético. Quinto, esta creciendo la producción musical y las bandas. Eso me alegra pero no es fácil trabajar con estos por muchos motivos. Sexto, los índices de inseguridad en las calles han bajado bastante. Más en las calles de bares y fiesta. Séptimo, los lugares turísticos mantienen su esplendor, belleza, naturaleza y panorama. Octavo, por ser pequeño es aprovechable el hecho de que mucha gente se conoce entre sí. Hay que insistir en el tema de los contactos pero es lindo poder ir a La Cali y encontrarse siempre a dos o tres personajes que alegran las noches con cervezas y buenas conversaciones. Noveno, la gente está más mezclada y eso es bueno, ya los bares no se están apropiando de los códigos de vestimenta para no querer dejar entrar a alguien. Decimo, la mujer esta más empoderada de proyectos y su aceptación hace bajar los índices de machismo por lo menos a nivel generacional actual. Ese seria mi listado de cosas positivas. En fin, yo hago la mia. Me encanta combinar todo un poco y seguir conociendo gente nueva. He conocido gente de Venezuela que dibujan la realidad de ese país y ayuda a sentirme agradecido de las cosas. Y para terminar este blog y no adentrarme en cosas específicas de las cuales ya se expusieron en estas líneas, me voy para Colombia a adaptarme al corto plazo y de lo cual voy a escribir seguido. Voy por trabajo pero es una linda oportunidad de acercarme de nuevo a la mochila, conocer, y continuar con ese plan latinoamericanista del cual algún día me impuse desarrollar. "Cuando aprendas a aceptar en lugar de esperar, tendrás menos decepciones"

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